jueves, 25 de febrero de 2016

PROBLEMAS ÉTICOS Y MORALES








Los problemas morales y los problemas éticos se refieren a lo mismo (la actuación de la persona, en orden a lo bueno o lo malo), lo que varía es la manera o los recursos que empleamos para elaborar un juicio a partir de dichos problemas. Los problemas éticos pueden ser conocidos y resueltos en una gran cantidad de sitios del mundo, mientras que los problemas morales responden a las necesidades particulares de una comunidad o grupo en particular.

La moral proviene de la voluntad o del hombre mismo. En este sentido, la responsabilidad moral se sitúa en la conciencia del sujeto, quién se da a sí mismo la ley moral que debe cumplir.El problema del deber ser se refiere a los actos que realiza el individuo con respecto a normas morales o individuales. A lo largo de la historia, el hombre se ha preguntado a sí mismo:
¿Qué debo hacer?
¿Qué no debo hacer?
¿Qué puedo hacer o dejar de hacer?

Y en esa conducta del hombre se juega la libertad, la responsabilidad y la conciencia morales. Por ejemplo, resulta curioso constatar que, en ocasiones, cuando quieres, no debes; y al revés, cuando debes, no siempre quieres. Debes ir al trabajo, pero no quieres, o no siempre quieres, debes estudiar y hacer la tarea, pero no quieres.

Ante estas contradicciones, lo que se debe hacer es elegir. Por otra parte, es importantísima la acción del Hombre, puedes es ahí, donde uno se construye a sí mismo. ¿Cómo actuar? ¿Soy libre o estoy obligado con algunas acciones? ¿Quién pone las reglas de conducta moral? ¿Son las mejores? ¿Se pueden cambiar? por ejemplo:

¿Es moral la legalización de las drogas?
Los que están a favor de la legalización de las drogas presentan estos dos argumentos:

a) la legalización evitaría el tráfico clandestino, el uso sin conocimiento de causa y, por tanto, los accidentes mortales que se producen con frecuencia;

b) la sociedad ha aceptado ya otros tipos de drogas: café, tabaco, alcohol; no pasaría nada si se aceptasen otras, sobre todo las drogas blandas.

¿Se justifica moralmente la guerra?

Muchos moralistas, a lo largo de la historia, han coincidido en que, para que una guerra sea justa, se requiere antes que nada una causa justa. Esta causa se da siempre en la guerra defensiva, es decir, en la contestación a una guerra ofensiva, a un ataque que se sufre injustamente. La guerra defensiva es, como se vio antes, el paralelo social de la legítima defensa personal. Han de darse, pues, las mismas condiciones, aplicadas con mayor cautela aún. La guerra defensiva protege bienes de la humanidad y entre ellos hay algunos de tanta importancia para la convivencia humana que su defensa contra la injusta agresión es, sin duda alguna, plenamente legítima. Se trata en esa guerra de obtener el bien de la paz, que no es debilidad o resignación, sino fuerza para poder vivir legítimamente los propios derechos.

El problema del deber ser nos lleva a tomar conciencia de nuestra conducta; y donde se actuaba por actuar, ahora se actúa conscientemente, dirigiendo la acción hacia la propia superación.

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